Si bien el día 22 de abril, como cada año, se celebra el Día Internacional de la Tierra, una fecha destinada a concientizar sobre la necesidad de proteger el ambiente y la conservación de la biodiversidad. El año pasado se estableció en la Argentina la Ley N.° 27.621 de Presupuestos Mínimos para la implementación de la Educación Ambiental que pretende garantizar el derecho a una educación ambiental gratuita, federal, apartidaria y constante para cada estudiante del territorio a partir de contenidos ambientales en todos los niveles.
El cambio climático es una realidad, y tanto a nivel individual como colectivo, debemos tomar acción para revertir el daño que estamos causando al ambiente.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el marco del Día de la Tierra, docentes y estudiantes participaron de dos actividades para celebrar esta efemérides tan especial en el calendario ambiental.
Plantar árboles es una de las mejores maneras de devolver a la Madre Tierra lo que ella nos brinda. El cambio climático como fenómeno global y el impacto generado por las acciones antrópicas en la naturaleza y la biodiversidad, provocaron una crisis ambiental sin precedentes. La Madre Tierra se manifiesta y expresa en cada evento climático, y nos pide que actuemos.
Ante este contexto, la educación ambiental emerge como el camino para instalar la temática y consolidar desde la escuela y hacia la comunidad los cambios que la situación requiere. Desde Escuelas Verdes, como cada año, generamos espacios y aportamos herramientas para que la comunidad educativa sea protagonista de la construcción de una ciudadanía con mayor conciencia sobre la importancia de cuidar su entorno.
Es por eso que, en el marco del Día de la Tierra, se realizaron dos actividades pensadas para alentar el aumento de las superficies arboladas y la producción saludable y agroecológica de alimentos.
En la Escuela Primaria N°10 D.E. 21 «Ítalo Americo Foradori», ubicada en Villa Lugano, estudiantes junto a sus familias pusieron manos en la tierra para plantar más de 100 ejemplares de diversas especies de plantas nativas: Aloysia gratissima («cedrón del monte»), Dicliptera squarrosa («canario rojo o ajicillo»), Baccharis glutinosa («chilquilla»), Pavonia sepium («botón de oro o malva del bosque»), Verbesina subcordata («girasolcito») y Grindelia pulchella («melosa»).
Esta actividad didáctica acerca a los estudiantes a un proceso divertido y clave para un ecosistema urbano como el de la Ciudad de Buenos Aires. Estas especies brindarán un entorno más saludable para la institución además de consolidarse como un sendero de biodiversidad para brindar alimento y refugio a diversas especies de animales como mariposas, abejas y hasta aves. Además, ayudan a reducir la contaminación del aire y a purificar el agua.
Otro beneficio importante es la generación de un sentido de comunidad y responsabilidad ambiental entre los estudiantes. Al trabajar juntos para plantar especies nativas pueden aprender sobre la importancia del trabajo en equipo para abordar los desafíos ambientales y pueden sentirse más conectados con la naturaleza y con su comunidad.
Paralelamente a esta actividad, en la huerta escolar agroecológica ubicada en el Jardín Maternal N.° 8 D.E. 9 «Abriendo Caminos», en Palermo, se hizo entrega de semillas a escuelas que desarrollan proyectos de huertas, en cualquiera de sus formatos y dispositivos.
La entrega de semillas para la temporada otoño - invierno tuvo dos instancias. 443 escuelas de diferentes niveles educativos recibieron especies de lechuga, cebolla, caléndula, rúcula, rabanito, habas, arvejas, entre otras.
Este tipo de propuestas, además de dar color a la celebración de una fecha muy importante en el calendario ambiental, potencia el espíritu solidario y fortalece el compromiso que, como ciudadanos globales, debemos sostener para cuidar nuestro hogar común.
Fte: GCBA
Redacción / Edición: Libralato Romina
publicación:3 de mayo de 2023- caracteres 3970 |